Las funciones se presentarán los días Viernes 21.30 hs. y Sábados 21 hs. en el Teatro El Duende, Aráoz 1469.
Con un elenco de calidad, "El Círculo" cuenta con las actuaciones de Lizardo Laphitz, Nestor Duco, Bernardo Forteza, Cecilia Chiarandini, Carolina Alliani, Cristina Dramisino y Francisco Prim.Aquí Agustín Alezzo habla de su puesta en escena
"El Círculo" (Brooklyn Boy) es la segunda obra del celébre escritor norteamericano Donald Margulies que llevo a escena, en mi sala El Duende, después de la exitosa puesta de "Cena entre amigos" (2008). Así como en esa oportunidad compartí la dirección con Lizardo Laphitz, en "El Círculo" la compartiré con un brillante actor que hace su debut en la tarea directiva: Nicolás Dominici, que acaba de obtener el Premio María Guerrero como revelación del año pasado.En esta ocasión, la referencia a Margulies conlleva una indiscutible marca de prestigio dada por la reciente convocatoria que se llevó a cabo en los escenarios de Broadway de un público cada vez más masivo y entusiasta de su dramaturgia.
"El Círculo" es una comedia dramática que entreteje una serie de situaciones en la vida de un escritor que de la noche a la mañana se erige en best-seller, hecho que termina por lanzarlo a la popularidad y lo pone de vuelta en el ojo de la tormenta, que es ese particular barrio de Brooklyn, su barrio natal.
A raíz de su consagración como escritor y su consiguiente éxito artístico, Eric Weiss retorna a Brooklyn para visitar a su padre enfermo. A partir de entonces, se enfrentará con una serie de situaciones inesperadas que lo mantendrán en permanente conflicto con su pasado, sus raíces, su crianza y amistades de la infancia, y también su presente, pues el éxito de su novela autobiográfica, "Un chico de Brooklyn", desatará un cúmulo de conflictos oscuros en las relaciones con los otros.
La pieza de Margulies es quizás un juego de doble fondo en el que se entretejen momento a momento la realidad y la ficción, los recuerdos más íntimos del pasado y la desafortunada existencia del presente. Tras la muerte de su padre, Eric Weiss inicia un lento y doloroso periplo por su pasado, encerrándose en el círculo íntimo de recuerdos, plasmados teatralmente a través de una puesta que conserva una unidad espacial y temporal. El sentido de la puesta privilegia el espacio dulce y melancólico y a la vez, poético de nuestro pequeño círculo de intimidad, aquel en el que podemos ser nosotros mismos.
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